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Primer día en Bari. Paseo por Polignano a Mare y tour nocturno por la ciudad.

18 de mayo de 2013

Llegue a Bari con retraso. Ningún habitante de Vieste sabia explicarme donde es la parada del autobús (O mejor dicho, si lo hicieron, pero mal). Varias horas después de lo acordado, me encontré con Ernesto, quien me alojaría.


Todos los planes cambiaron, ya que ese día iba a conocer Alberobello, pero por la hora ya no era posible. Pero si pude dirigirme a Polignano a Mare, una localidad costera ubicada a poco mas de 30 kilómetros de Bari.

Polignano a Mare

Ni bien llegue, noté una diferencia: el turismo no es el caos de Roma, pero si, significativamente mayor al resto de las ciudades que venia visitando. Por otro lado, no encontré solo Alemanes y Austriacos como en el Gargano.

La verdad nunca había escuchado de ella, pero Ernesto me sugirió ir, y no me arrepiento. Polignano es una antigua ciudad ubicada sobre la costa Adriatica de Puglia, que se caracteriza por estar construida sobre grutas marinas, siendo la principal atracción para realizar excursiones. También conserva su pequeño, pero lindo centro histórico.










De vuelta en Bari

Por la noche, me encontré con nuevamente con Ernesto, y una sorpresa: Lo que me había descrito como "ir a comer una pizza con amigos", se convertiría en un tour nocturno por la ciudad, con más de quince amigos suyos de la parroquia que frecuenta. No solo me tomaría por sorpresa enterarme de donde conocía a sus amigos, sino que la sorpresa seria mayor al enterarme que Ernesto no es creyente.

Entre sus amigos se encontraba Francesco, el párroco del grupo, el cual es estudiante de arqueología, y junto con Ernesto, se encargo de brindarme información sobre cada edificio y monumento de la ciudad. Ademas, compartimos una comida típica de Puglia, los Panzerotti, una especie de empanada gigante, rellena generalmente de mozzarella y tomate. Como me enseñaron, el panzerotto se debe comer con las piernas abiertas para evitar que el jugo del relleno nos salpique y ensucie.

Al día siguiente (El cual relataré más adelante) se volvería a repetir la salida. Esta vez con un poco menos de gente,-y sin tanta caminata- pero con motivo del festejo de un cumpleaños y nuevamente con panzerotti. Bari no dejo de sorprenderme.

Nuevamente Couchsurfing, me permitiría conocer personas maravillosas, dispuestas a compartir parte de su tiempo para recorrer la ciudad, tomar una cerveza, y conversar con un "desconocido".

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