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Teramo: Mi primer experiencia en Couchsurfing.

A veces no es necesario visitar una ciudad por algún monumento histórico, una playa, o algún atractivo turístico.

Este es el caso de Téramo, ciudad de la región de Abruzzo de alrededor de 50.000 habitantes, a la que a pesar del:"¿Para que vas a ir a Téramo?" decidí llegar luego de visitar Ascoli Piceno, y antes de tomar la decisión si continuar por Aquila, internandome en el Parque Nacional Gran Sasso, o viajar directamente a la ciudad costera de Pescara.

En verdad, para ser más exacto, visite Téramo, pero dormí en un pueblo cercano de cerca de 10.000 habitantes, llamado Montorio al Vomano, una de las puertas de entrada al Parque Nacional del Gran Sasso.

Repito que no es necesario encontrar algún atractivo turístico, ya que destaco Téramo por ser la ciudad donde realicé mi primer experiencia con Couchsurfing (Resumidamente, una pagina de internet, mediante la cual se puede encontrar ayuda de gente local de muchas ciudades del mundo, ya sea en alojamiento, consejos, juntarse a tomar algo, etc.).






Mis anfitriones fueron Iva y Mirio, élla croata, él italiano, de Montorio. Para ellos también era su primera vez en Couchsurfing.

Ni bien llegamos, me llevaron a conocer el centro histórico de Téramo, y a tomar un helado.

Luego, nos dirigimos a su casa en Montorio, para comenzar a preparar las pizzas para la noche.

Después, aprovechando que había que comprar algunos ingredientes, fuimos a conocer Montorio. Ni bien salimos del departamento, Mirio me hizo mirar las montañas, y entre algunas nubes que lo tapaban, señala "El Gran Sasso", el pico más alto de los Apeninos.

Durante la caminata, aporta un dato importante para mi, este pequeño pueblo, en épocas del  fascismo de Mussolini, logro liberarse, y declararse independiente del gobierno, antes de la caída del dictador.

Por la noche, luego de comer, me llevaron a los bares de Téramo, a pasar la noche con sus amigos.

Como dije, este post, de esta ciudad, no tenia el objetivo de hablar de lo que ví, sino de dos personas, que aunque solo pude conocer por un día, no solo me abrieron las puertas de su casa hospedandome, me hicieron sentir uno más entre sus amigos, conocer sus costumbres, y notar por primera vez en el viaje (y principalmente realizándolo solo), que en el mundo hay gente que se maneja más allá del dinero, del egoísmo, e incluso del miedo a (o a los) desconocido/s.




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