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FRANCIA: 10 destinos imprescindibles

Ah, l’amour! Si existiera una lista de países más románticos, Francia se llevaría el primer lugar seguro. Aunque Francia no es solo una meta para los románticos. Es historia, cultura, naturaleza, deporte y obviamente… gastronomía!

A continuación te dejamos lo imprescindible qué ver en tu primer viaje a Francia:

1. París

Obviamente no se podía no empezar la lista por su capital, París. Aunque tenemos que aclarar una cosa, Paris merece POR LO MENOS una semana por si misma ya que la ciudad ofrece muchísimo para hacer y ver. Para lo imprescindibles que ver y hacer en Paris, lee esta nota. Aunque, tenemos que aclarar que no hay ni foto ni descripción que puedan darle el honor que merece. Por esto, te dejamos aquí también nuestro video sobre lo imprescindible qué ver en París. No se olviden que cerca de París, se encuentra también el Palacio de Versalles. Y poco lejos también otro castillo encantador, el castillo de Belle de Disneyland Paris, apto para toda edad.


2. Los castillos del Valle del Loira

Si te encanta la naturaleza o preferís la arquitectura, si eres romantic@ o más bien te encanta la historia, seguro hay un castillo de la Loira apto para ti. Son más de 300 los castillos que fueron construidos a partir del siglo X y sobre todo durante los siglo 15 y 16 por los reyes de Francia como suntuosas cortes donde veranear y de diversión afuera de la capital del reino. Esto transforma al Loira en el sitio UNESCO más grande de toda Francia. Entre los más imperdibles destaca el Castillo de Chambord, el castillo más grande, el de Chaumont, entre los más conservados y el de Amboise, entre los más antiguos y donde se encuentra la tumba de Leonardo da Vinci. Si viajan con niños o perezosos, les interesas saber que en Amboise se encuentra también el Parque Mini-Châteaux, un parque diversión que alberga las réplicas de 40 de los castillos del Loira en escala 1/25. Ideal para los niños y para... visitar muchos castillos en un solo dia.


3. Provenza

Imagínense campos de lavanda perfumada en flor, un molino de viento, una casa de campo con cipreses alrededor. Esto y mucho más es la maravillosa campiña de la región de la Provenza. Aquí, los cuadros de Van Gogh toman vida y pueden pasear por ellos entre los perfumes de timo, rosmarinus y otras hierbas que comerán por la noche en el restaurante típico del pueblo. Entre lo imperdibles de esta región, sin dudas Aix-en-Provence, el festival de Arles y el puerto de Marsella. Si tienen tiempo, no se olviden pasar por el Palais de Papes (el palacio de los papas) de Aviñón (Avignon), sede del pontificado por casi 40 años entre el siglo XIV y XV y uno de los palacios gótico medieval más importante de Europa. Y para un poco de vida mundana, Saint-Tropez es el destino balneario perfecto.


4. Normandía

Región ubicada en el extremo norte del país, es un lugar que cuenta historia por todos lados. Su costa norte, nombrada la Côte de Nacre o sea la costa de di nácar por su belleza, están diseminadas de cementerios, museos de la guerra y huecos de bombas. De hecho, fueron a las playas de esta región que los Aliados llegaron el 6 de junio 1994, el D-Day, para liberar la Europa invadida por los Nazis. En las playas que acogieron a estos héroes, se pueden ver hoy memoriales en su honor. Son muy diferentes estas playas de las del sur, el clima más frío y la difícil historia que transmiten a las generaciones futuras, hacen que todo sea envuelto en un silencio memorial.

En el extremo oeste de la región, cerca de Bretaña, se encuentra Mount Saint Michel. ¿Una isla? ¿Una península? Difícil decirlo y ni siquiera sus 33 habitantes pueden decirlo con seguridad. Dependiendo de la hora del día, esta península se transforma en isla gracias a la subida de la marea. Su abadía gótica fue por siglos un importante destino de peregrinaje. Para llegar obviamente se puede cruzar el mar cuando la marea está baja pero ojo a no quedar atrapados en la isla!


5. La Costa Azul

La costa azul, o cote d’azur es la parte sur de Francia. Se extiende desde Saint Tropez (borde con la región de Provenza) hasta Mentos, ciudad que se encuentra a solo 30 kilómetros de Italia. La costa azul debe su nombre al color cerúleo de sus aguas, las cuales convierten sus playas en el destino favorito de muchos franceses e internacionales adinerados. En Saint Tropez se puede pasear por el muelle del Puerto Viejo y mirar los yates allí aparcados a la módica cifra de varios miles de euro por noche. Lo de "yacht watching" es un deporte que se puede practicar también en otras ciudades de la Costa Azul como Mónaco y Cannes (famosa también para el festival de film). Niza merece también la pena ser visitada para gozar de la buena vida y visitar unos museos. Si en vez prefieren tirarse en la playa a tomar sol, Antibes es el destino perfecto para ustedes.


6. Los Alpes

Si a las playas y el calor, prefieren la montaña y el fresco, no pueden perderse los maravillosos paisajes que ofrecen los Alpes franceses. En los Alpes en la frontera con Italia, se encuentra el Mont Blanc o Monte Blanco, el monte más alto de toda Europa (4.810m). Esta es una excursión pendiente para todos los deportistas. Para los más cautos, se puede tomar el Tramway du Mont-Blanc, un tranvía que llega hasta el glaciar Bionnassay, un glaciar del Monte Blanco que se encuentra a 2.372 metros de altitud. Pero Francia nunca desilusiona y también en las alturas más ásperas, conserva mucho arte y cultura. A los pies del Monte Blanco se encuentra la encantadora ciudad de Chamonix. Un poco más lejos del Monte pero que destino 100% recomendado de visitar, se encuentra Annecy. Solo diciendo que se la nombra la Venecia de las Alpes, puedes entender lo hermosa que es.


7. Lyon

Fundada en el año 43 a.C. por los Romanos arriba de una colina, la ciudad pronto se expandió en las cercanías hasta llegar a ser unos de los polos más importantes y visitados de Francia. Arriba de la colina se puede aun ver testigos de los romanos. Pero la cultura se respira en cada rincón de la ciudad ya que cuenta con muchos museos. El más famoso es sin dudas el Museo de las Bellas Artes (Musée des Beaux-Arts) que se construyó dentro de una abadía del siglo XVII. Si bien alberga colecciones desde el Antiguo Egipcio hasta el arte moderno, es hoy en día una de las más importantes colecciones de obras de arte europeo y presume de contar con muchos nombres conocidos a nivel mundial como Rubens, Rembrandt, Monet entre otros. Imprescindible perderse a pasear por el barrio de Presqu'île con sus trazas renacentistas, si bien el barrio se modernizó mucho durante el siglo XIX. Ideal para pasear durante la noche, asistir a un show en sus teatros  y comer en uno de sus innumerables restaurantes.


8. Estrasburgo

Miles de visitantes cada año consideran a Estrasburgo como una de las ciudades más lindas y típicas de toda Francia. La ciudad está cruzada por el río Ill y de hecho está construida por muchas islas, la más grande de las cuales, la Grande Île, patrimonio de la UNESCO. En esta isla se encuentra la catedral gótica de Notre-Dame de Estrasburgo, dentro de las más antiguas del mundo. Hay mucha más historia que ver en Estrasburgo y mucha alrededor de sus plazas principales, como plaza Gutenberg, en honor al inventor de la impresión o Plaza Kleber, con sus típicos edificios que la rodean. Pero Estrasburgo es sobre todo una de las capitales de la Unión Europea ya que acá se encuentra el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y la Corte Europea de los Derechos del Hombre. Si bien su interior no puede visitarse, hay regularmente un open day al Parlamento que merece la pena ser atendido.


9. Burdeus

Y si visitan Francia, no pueden dejar de lado la larga tradición vinícola del país. Cada región produce sus vinos, algunos más otros menos, famosos y renombrados. La ciudad de Burdeus (Bordeaux), por ejemplo, es famosa en todo el mundo por su vino del mismo nombre que la ciudad. Una buena botella de vino Bordeaux puede llegar a costar bastante pero degustarlo en unas de sus vinotecas es una experiencia infaltable, también para los novatos de la enología. Si están más en el argumento, no pueden faltar a visitar La Cité du Vin, la Ciudad del Vino, un museo dedicado al vino con obviamente degustación final! La ciudad en sí misma merece también la pena de ser visitadas. Place de la Bourse, sobre nombrada la pequeña piscina, crea un increíble reflejo ya que está cubierta por un par de centímetros de agua

A poco más de 60 kilómetros de Bordeaux, se encuentra la duna de Pilat, 100 metros de altura y 500 de profundidad que se extiende por más de 3 kilómetros. Estas medidas la convierten en la duna de arena más grande del mundo.


10. Lourdes

Si bien es una meta religiosa, el santuario de Lourdes merece la pena de ser visitado por su magnificencia. En la gruta de la Virgen, unos niños fueron testigos de la aparición de la Virgen y en este lugar surgió el santuario actual que cada año acoge a millones de visitantes ya sea por motivos religiosos, terapéutico o de turismo. En el sitio hay un manantial de agua que se considera sagrado y que pueda sanar enfermedades y problemas. También se puede tomar el agua o bañarse en ella. Es impresionante ver la cantidad y la dedicación de gente, entre los cuales muchos jóvenes, que hacen voluntariado y acoge a los peregrinos cada día.

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¿Qué piensan? Consideran a Francia como bastante romántica para dedicarle sus próximas vacaciones? Les vienen a la mente otros lugares más que se pueden considerar imprescindibles por primera vez en Francia? Déjanos saber los tuyos en los comentarios. Nosotros tenemos por lo menos otros 20 destinos infaltables que dejamos para una segunda nota en el futuro. ;) Au revoir!

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Recursos fotográficos: https://pastebin.com/EQR8CGWG





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