Carpooling: Viajar en vehículos particulares compartiendo gastos
Hace
unos días, para poder llegar a la ciudad de Miramar (Ubicada
a aproximadamente 470 kilómetros de Buenos Aires) probé una nueva
forma de viajar: Compartiendo gastos en un vehículo
particular.
¿Como
es esto? Gracias a Internet, y las redes sociales existen
diversos sitios web, así como grupos y aplicaciones de Facebook,
donde una persona que tiene que realizar un viaje, publica su
ruta, la fecha de salida, y los lugares disponibles que tiene en su
vehículo, para ofrecer a otras personas que deseen
sumarse a su viaje. Hay distintas metodologías sobre el monto a
pagar. En algunos casos, es compartiendo el total de los gastos entre
todos los que viajan en el auto, otras veces, el conductor fija la
tarifa que desea le abonen, e incluso, algunos llevan pasajeros
gratis.
La
otra forma de utilizar estos sitios es de la manera inversa. Alguien
tiene que realizar un viaje lo detalla en el sitio, ofreciéndose
como pasajero, y conductores que realicen esta ruta se contactan
él/ella.
Entre
los sitios más conocidos, algunos de ellos son Blablacar,
Carpooling, conmicoche.com, vayamosjuntos.com.ar, etc. En Facebook
existe una aplicación para viajes en Argentina, llamada Carpoolear,
y grupos como “Gratisviajes
- Adonde vas?... te llevo!!”.
Esta
forma de viajar se ha vuelto común y popular en Estados Unidos
y Europa, y de a poco se va extendiendo al resto del mundo.
Si
bien hace rato me enteré de ella, nunca se me había dado la
oportunidad de viajar de esta manera. En este viaje a Miramar, decidí
probar en el vehículo de Diego, quien viajaba con su
pareja Florencia, y un amigo llamado Eduardo, a un festival de
tango que se realizó en Mar del Plata. Viajamos en una
camioneta Daewoo T-2 con capacidad para 12 personas. Aparte de
nosotros cuatro, compartimos la camioneta con Victor y Vanesa, una
pareja Marplatense que volvía a su ciudad, Antonella y Agustina,
quienes viven en buenos Aires, y viajaron a su ciudad natal a ver a
su familia, y Catalina, una mochilera que salió de Bariloche rumbo a
Corrientes, y ahora se encontraba de regreso al sur. Al dividir los
gastos, pagamos $160 cada uno ida y vuelta (Si bien,
finalmente se gasto un poco más, Diego quiso respetarnos el precio
que nos había dicho antes de salir). Viajando en ómnibus el costo
mínimo ida y vuelta hubiese sido $650 o $340 en tren, aunque no se
conseguían pasajes. Si Diego, Florencia y Eduardo no decidían
compartir en espacio de su transporte, en lugar de $160, tenían que
pagar $500 cada uno.
Pero
lo que más interesante me resultó de esta forma de viaje, no
es el ahorro de dinero, sino que como sucede en Couchsurfing, u otros
sitios de alojamiento gratuito, viajar de esta manera permite
compartir momentos, e interesantes conversaciones con las personas
que nos acompañan. Por ejemplo, en mi viaje, encantadoras
charlas de tango, experiencias de los viajes a dedo de Catalina, o
descubrir que soy “viento blanco auto-exigente en la tormenta” en
la astrología Maya, gracias a los conocimientos de Agustina.
A
su vez, esta forma de viajes nació con otros objetivos que también
comparto. Suele suceder, que al utilizar un vehículo particular, no
se aprovecha toda su capacidad, sino que gran cantidad de veces, solo
lo utiliza el conductor, o quedan espacios libres. Compartir
automóvil es una gran idea para poder reducir las
consecuencias ambientales de la emisión de dióxido de
carbono, y aligerar el transito utilizando menos vehículos.
Si
bien estos sitios están destinados a viajes largos, ¿cuantas
veces vemos grandes congestiones en los ingresos a las ciudades y en
la mayoría de los automóviles viaja una
sola persona? Si por ejemplo, quienes se trasladan a trabajar
se organizarían para compartir vehículo, de cada cuatro autos, solo
seria necesario uno para transportar la misma cantidad de gente.
En
conclusión: Si compartís tu vehículo, vas a ahorrar dinero,
compartir charlas y experiencias de vida con personas físicas,
y no solo con una radio. Y a la vez, colaboras cuidando el
medio ambiente y ayudas a agilizar el transito. Y si sos
pasajero, quien sabe, ¡quizás terminas atraído por una ruta o
destino, y terminas improvisando un viaje!
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