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Llangwyryfon y Aberystwyth, Cymru. [Agosto 2013]



Me encontraba en Swansea, ciudad portuaria del sur de Gales. La falta de información, incentivos para continuar, y propuestas de alojamiento, me llevaron a decidir que hasta aquí había llegado la visita por este país.

Caminé a la terminal de autobuses, donde iba a tomar uno para regresar a Cardiff, y desde allí dirigirme a Glasgow. Intente comprar el pasaje, y me informan que se debe hacer sobre el bus, por lo tanto, volví a la plataforma desde donde partía 45 minutos después. Me siento a esperar, y decido utilizar los últimos minutos de batería del celular. Abro el correo electrónico, y para mi sorpresa, minutos antes, una familia había aceptado la solicitud de Couchsurfing para alojarme cerca de Aberystwyth, pueblo del centro de Gales. ¡Milagrosamente, a ultimo momento llego ese email que tanto esperaba! No lo dude por un segundo, y consulte las posibilidades de viajar hasta allí. Para mi fortuna, en menos de media hora salia un autobús, y solo costaba siete libras cruzar la mitad de este pequeño país.

Llanelli ➡Carmarthen ➡Aberystwyth ➡Llangwyryfon

El viaje no es directo. Primero tomé un bus en dirección a un pueblo llamado Llanelli. Varios indicaban el destino, pero me repitieron reiteradas veces que solo suba al X11, ya que ese continua hasta Carmarthen.
Saliendo de Swansea, la ruta queda encerrada entre arboles y ligustrinas, que parecieran formar las paredes de un laberinto. Cada tanto, aparecen pueblos cada vez más pequeños, donde el conductor del colectivo y los habitantes se saludan mutuamente.
En Llanelli, ciudad de 50.000 habitantes, el bus se detiene, nos bajamos todos, y se va. Al rato regresa y continuamos viaje. Poco tiempo después, nos encontrábamos en Carmarthen. Allí me indican, que ahora el bus T1 seria el que me lleve hasta Aberystwyth.
Mientras más al norte viajo, comienzo a notar que el terreno se vuelve más ondulado y el país más rural. Pasamos el pueblo de Lampeter, y un cartel indica que a 4 millas se encuentra otro que pareciera llamarse Llanerchaeron, pero a esta altura, los nombres en Gales ya me tienen bastante confundido, así que difícilmente lo haya podido leer, y escribir correctamente. Las palabras comienzan a llenarse de “LL” "W" e "Y". En un momento del viaje, pasamos junto a una mujer, quien circulaba en su medio de transporte por la carretera, con casco y chaleco reflectivo, pero no lo hacia en moto, sino en su caballo. Las rarezas del ruralismo primermundista...
A pocas millas de llegar, el mar de Irlanda comienza a asomarse junto a la ruta. Casi cuatro horas después, en la parada del autobús de Aberystwyth me encontraría con Mathew, un leñador Gales, que vive con su mujer francesa Valeriane y sus dos hijos, en una casa de campo a las afueras de Llangwyryfon, una pequeña aldea a once millas de donde nos encontrábamos. A esta altura, solo gracias al GPS sabia en que parte del mundo estaba. La magia de Couchsurfing hizo que termine en un lugar tan pequeño y alejado del turismo que de otra forma no hubiese visitado.




Aberystwyth
Ubicada en el condado de Ceredigion, con sus 12.000 habitantes, esta ciudad es uno de los principales puertos de la región. En general, el numero poblaciónal aumenta considerablemente gracias a la universidad local, que atrae estudiantes de todo el país.
Como imaginé, no hizo falta pagar las 9,5 libras en Cardiff, para poder visitar un castillo Galés. En Aberystwyth es posible observar los restos del antiguo castillo de la ciudad. Se estima que fue construido alrededor del siglo IX y en menos de 200 años ya había sido abandonado, pasando a ser presa del viento y la erosión.








La familia Spikes

Mathew es un Gales, que estudio lenguas celtas y tiene su propio bosque cerca de Llangwyryfon. Con su campera a cuadros y piel de corderito, es el típico leñador que se nos viene a la mente cuando pensamos en uno.
Valeriane nació en Francia, en la región de Normandia. Los caminos de la vida la llevaron a conocer en la universidad a Mathew y decidir vivir con él en la campaña galesa. Es artista, y se dedica a pintar, principalmente sobre madera. Sus cuadros son distribuidos al mundo desde el pequeño correo de la aldea. No era la primera vez en el viaje que conocí a alguien que realice su profesión, pero si me resulto un poco extraña de encontrar en un lugar tan alejado y campestre.
En el momento de mi llegada se estaba realizando un circuito de arte campestre de la región de Ceredigión, donde distintos artistas (entre ellos Valeriane) exponen sus obras a gente que recorre las distintas aldeas para observar y comprar.


Mathew habla Galés, francés, un poco de Italiano y algunas palabras de español. Durante mi visita, empezaba a aprender croata. Nunca comprendí bien porque eligió aprender este idioma, creo que simplemente porque deseaba aprender una nueva lengua y por algún motivo este idioma le llama la atención.
Valeriane en cambio, domina el español de manera fluida. Mi llegada le resulto de gran ayuda para recordar la lengua, ya que hace años no la hablaba.
Mathew es de aquellos galeses que hablan solamente en galés. No porque el no sepa ingles, sino que odia hablar en esta lengua. A contramano de la mayoría de los miembros, su perfil de Couchsurfing se encuentra unicamente en francés. Esto no es casual, sino una forma de ahuyentar angloparlantes. A los pocos días de mi llegada, lo encontré de mal humor, ya que debía realizar una llamada telefónica hablando en ingles para hacer un tramite.
En casa de los Spikes se habla en Francés, lengua que decidieron enseñarle a sus hijos. El más grande (y el único que habla hasta el momento) tiene dos años y se llama Wyre, como el río que pasa por las cercanías del pueblo. Su padres decidieron que aparte le enseñarían galés, y que por el momento no lo enviarían al colegio, sino serán ellos sus profesores. Ante mi pregunta sobre si aprenderá ingles, no mostraron demasiada importancia, pero saben que tarde o temprano lo terminara haciendo.
El motivo por el cual Mathew no habla inglés, se encuentra en que ve a este idioma como una forma de dominación por parte de la corona británica. Mathew no solo esta en contra, y no avala que su país se encuentre bajo el dominio ingles, sino que considera peor el echo que sea bajo una monarquía. Tanto en Gales como más adelante comprobé en Irlanda del Norte, y Escocia-que próximamente tendrá un plebiscito para decidir- una parte de la población de estos países, se opone al Reino Unido, deseando que sus países sean independientes.
Con Wyre intentamos entendernos hablando Frances, idioma del cual no conozco una sola palabra. Para él soy “Monsieur” (Señor), y de a poco empiezo a entender las diferencias entre “oui” y “si”. Mi maestro de dos años pone voluntad, pero no serán muchas más las palabras que logre aprender.


Con Mathew la comunicación al principio no fue mucho más simple. De español no sabe casi nada, su italiano es básico, y si bien mi fuerte no es el ingles, él se niega a hablarlo. El primer día, mientras Valeriane llevó al cine a sus hijos, nos sentamos a tomar un café. Afortunadamente, la joven que trabajaba en el bar era italiana, por lo cual hizo de traductora. Cuando quedamos solos, intentamos conversar en italiano, con algunas palabras de español, al verlo estresado de tanto esfuerzo por formar oraciones, le doy riendas sueltas a que aquello que no sepa, me lo diga en francés (mal no me viene intentar aprender un poco). Pero sin dudas, me llamo mucho la atención la lengua galesa. Sus “W's”, “Y's”, “DD's” y “LL's” cambian completamente la gramática que conocía hasta el momento. Mathew, contento por mi entusiasmo con su idioma, comienza a enseñarme los días (dydd) de la semana: Llun, Mawrth, Mercher, Lau, Gwener, Sadwrn, Sul. También, comprendo que la “u” se pronuncia como si fuera “i” y la “w” como “u”.

Llangwyryfon

Llangwyryfon resulto un cambio para mí. Por primera vez me aleje de las ciudades, para relajarme unos días en el campo. Esta aldea, según cifras oficiales, tiene alrededor de 500 habitantes. En casa de los spikes, gallinas caminan por todos lados, y cientos de ovejas habitan los campos vecinos.
Solo una linea de autobús llega a la aldea pocas veces al día, y la tranquilidad es tan grande, que caminando por las calles a las afueras de la aldea, raramente nos cruzaremos con alguna persona.




Alguna vez escuche a alguien decir que en el Reino Unido, la hora del té no es solo a las cinco, sino en todo momento. Como tradición, en casa de Valériane y Mathew, toda hora es buena para compartir una taza de té con leche.
Aunque se encontraban ocupados con sus labores diarias, mis anfitriones me hicieron recorrer las praderas y acantilados galeses. El clima habitual, gris e inestable, moldea un paisaje costero donde el viento y la fiereza del mar son los grandes protagonistas, que dejan su impronta en arboles, acantilados y rocas.









Una de las tardes, mientras viajábamos en automóvil sobre las costa del mar de Irlanda, se produjo un hermoso atardecer en un tono rojo, como nunca vi en mi vida. Según cuentan, este cielo que se observa en Gales, recuerda al dragón rojo que se ubica en el centro de la bandera nacional.
¿Como llegar a Aberystwyth?
Desde Swansea: Bus X11 a Llanelli. Bajarse y volver a subir para continuar hasta Carmarthen. Desde allí bus T1 hasta Aberystwyth
Algunas fotos más...






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