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REPÚBLICA CHECA: 10 destinos IMPRESCINDIBLES entre castillos y cuevas

Cerveza rica y barata, hermosos castillos y los preciosos cristales de Bohemia … No hay dudas que estás son algunas de las cosas por las que República Checa es mundialmente famosa. Sin embargo, República Checa tiene mucho, muchísimo más para ofrecer.

Resumir todo lo que hay que ver y visitar en una sola nota es imposible, para esto aconsejamos una guía completa, de 900 páginas y que pesa 3,5 kilos (las mejores). Pero sí consideramos que hay unos cuantos destinos imprescindibles que hay que visitar a la hora de viajar a este maravilloso país.

Les dejamos a continuación los 10 destinos IMPRESCINDIBLES que visitar en República Checa.


1. Praga

Obviamente, hay que empezar a visitar República Checa por su capital, Praga. Es que Praga tiene tantas cosas para ver y hacer que le dedicamos una nota aparte acá, en un futuro muy próximo.

Mientras tanto la vamos escribiendo y para daros una idea, entre lo imprescindible qué ver en la capital hay sin dudas el Castillo de la ciudad, tan presente en los escritos de Kafka. El castillo domina la ciudad desde lo alto de una colina y es uno de los castillos medievales más grandes del mundo. Para llegar hasta él, hay que trepar por unas pequeñas callecitas. El castillo, que es más un barrio, comprende también la Catedral de San Vito y el Callejón de Oro. El centro de la ciudad es la Plaza de la Ciudad Vieja donde se encuentra el antiguo palacio del Ayuntamiento con su magnífico Reloj Astronómico. Por cierto, lean aquí más sobre las defenestraciones de Praga, deporte nacional del país. Si el tiempo lo permite, no duden en subir arriba de la Torre de la Pólvora de la que pueden gozar de una vista aérea de la ciudad. Y obviamente, no pueden faltar pasear por el Puente de Carlos, que remonta al siglo XIV y está decorado con 30 estatuas. Tal vez la imagen más famosa de la ciudad. 



2. Cesky Krumlov

La ciudad de Cesky Krumlov está circundada por el río Vltava. Su castillo, segundo en medidas solo al de la capital del país, merece sin dudas una visita al interior ya que está completamente decorado como lo era en el siglo XIII. Al castillo se puede subir desde el centro de la ciudad y pasando por el barrio de Latrán, al pie de la colina donde surge el castillo.

La Ciudad Vieja de Cesky Krumlov está situada el lado del río y es una postal a cielo abierto: las fachadas de su casa son pintadas de diferentes colores, La Iglesia de San Vito, es posiblemente la iglesia de la ciudad que más merece ser visitada ya que remonta a principios de 1400 aunque cuente también con detalles del 1500. Hablando del río, no olvídense parar en una de las terrazas para admirar el paisaje y sacar increíbles fotos.



3. Karlovy Vary

Inmergida en la naturaleza de Bohemia, es una de las ciudades balnearias más famosas del mundo. Lo fue sobre todo en el pasado cuando sus aguas termales y curativas eran visitadas por personajes famosos como Freud y Marx entre otros. Hoy en día se encuentran 12 fuentes principales en diferentes lados de la ciudad de las que se puede beber agua. Cada fuente asegura curar diferentes problemas de salud ya que salen a la superficie con diferentes sabores y temperaturas. Muchas de las fuentes están dispuestas bajo columnatas que, por sus mismas arquitecturas, merecen ser admiradas. La más famosa es la Columnata del Mercado, hecha de madera y decorada con un bajorrelieve que cuenta el descubrimiento de la fuente. La Columnata de la Fuente termal se encuentra dentro de un edificio con grandes vidriadas. El geyser que saca el agua a la superficie es también el más caliente ya que su temperatura llega a más de 70 grados.

Si tienen tiempo, no pierdan de visitar la Torre de Diana. Esta Torre se encuentra un poco en las afueras del centro de la ciudad y se puede llegar a través de un tren cremallera o de un hermoso paseo por el costado de la montaña. Para subir a la Torre, construida más de un siglo atrás, se tienen que subir 150 escalones (o  se puede tomar un ascensor) y regala una vista panorámica de la ciudad de Karlovy Vary. 



4. Brno

Segunda ciudad en República Checa por número de habitantes, la ciudad es una interesante mezcla de antiguo y moderno. La Plaza de la Libertad, el Mercado de Verduras, y el Castillo de Spilberk son una de las dos caras de la ciudad. La otra es representada por Villa Tugendhat, una villa privada construida en 1930 y ejemplo de la arquitectura funcionalista tanto de ser insertada en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Con sus puertas altas 3 metros, las columnas de acero y una vista increíble de la ciudad, es una interesante viaje atrás en el tiempo hasta los años 30. Junto al Castillo de Spilberk, que por cierto fue también una de las cárceles más duras de toda Europa, y arriba de la colina de Petrov, se encuentra también otro símbolo de la ciudad, la Catedral de San Pedro y San Pablo. En estilo neogótico, permite la visita a su cripta así como subir a su torre para tener una hermosa vista aérea de la ciudad.



5. Kutna Hora

Ciudad de gran prestigio en el pasado por sus minas de plata es hoy una meta imprescindible para los apasionados de turismo negro. Bajo la Iglesia del Cementerio de Todos los Santos en el barrio de Sedlec se encuentra la Capilla de los Huesos. Esta Capilla tiene la peculiaridad que está decorada con los huesos provenientes de más de 40.000 esqueletos. La materia prima para decorar la Capilla provino del cercano cementerio y la impresionante decoración remonta a finales del 1800, cuando se desenterraron muchas tumbas del cementerio por falta de espacio y se decidió colocar los restos de los esqueletos en la capilla.

Como decíamos al principio, la ciudad fue famosa durante la Edad Media por sus minas de plata que hicieron que Kutna Hora fuera una de las ciudades más poderosas de Chequia y sobre todo, de las más ricas. Todo esto se puede apreciar en el Castillete de la Plata, un museo dedicado a la importancia que este material precioso tuvo en el éxito económico de esta ciudad.



6. Třebíč

Para conocer Třebíč, se empieza por la Plaza Karlov, la plaza principal de la ciudad de una “modesta” medida de más de 20.000 metros cuadrados. Por sus dimensiones, se clasifica obviamente entre las más grandes plazas del continente. 

Imprescindible es dar un paseo por el barrio y el cementerio judio. El barrio judio es posiblemente uno de los mejores conservados del mundo y se mantiene como un perfecto ejemplo de cómo tenía que ser un barrio judio. Está tan bien conservado que está inscrito en la lista UNESCO, es el único sitio judio fuera de Israel en tener este honor! El cementerio, por otro lado, cuenta con más de 2000 tumbas. Las lápidas están cubiertas de musgo e hiedra y hacen que el cementerio tenga una atmósfera tenebrosa e interesante al mismo tiempo.

La ciudad de Třebíč cuenta con otro sitio UNESCO: la exquisita Basílica de San Procopio, justo en las afueras del barrio judio. La basílica es lo que queda de un monasterio benedectino fundado a principios del año 1100. La cercanía con el barrio y el cementerio judios demuestra la convivencia pacífica entre las diferentes religiones que se mantuvo en la ciudad hasta el siglo XX.



7. Terezin

Desafortunadamente, no todo es lindo en República Checa sin embargo consideramos la memoria como parte importante de la historia para no olvidar y repetir los errores del pasado.

La ciudad de Terezin fue transformada en un gueto judio en 1941. Los Nazis lo representaban como un “gueto modelo” tanto de que se permitió a la Cruz Roja entrar para asegurarse del “buen trato” que los judios recibían por los Nazis. Sin embargo, la realidad era bien lejana del espectáculo que se puso en obra para la opinión pública.

La manera de los habitantes de Terezin de escapar de la dura realidad fue a través del arte. Ya sea públicamente o a escondida, se produjeron varias obras de arte que son hoy un precioso testigo de las verdaderas condiciones de vida en el campo y sobre todo que desvelan la verdad sobre Terezin como un campo de propaganda.



8. Olomouc 

Ciudad universitaria, Olomouc está tal vez entre los lugares más sorprendentes que visitarás en República Checa. 

Alrededor de la ciudad hay una serie de 6 fuentes barrocas que representan personajes de la mitología. En 2002, la ciudad se homenajeó con otra fuente.

Cerca de la imponente Catedral de San Wenceslao, se puede visitar el Palacio de Zdík, antiguo palacio de los Premislidas, la dinastía real checa, y antigua residencia de los obispos de Olomouc. Es el único palacio de estilo románico conservado en Europa Central.

Pero el verdadero símbolo de la ciudad es la columna de la Santísima Trinidad. Tan importante es este monumento que fue inscrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En realidad tiene muy poco de columna tradicional como la podemos imaginar. La base de la columna contiene una capilla y el resto del monumento está decorado con más de 20 estatuas de personajes religiosos a tamaño real o más grande. En la cumbre de la columna, se encuentra el grupo escultórico de la santa trinidad, decorado en oro



9. Castillo de Bouzov

A un par de horas de auto de Olomouc, se encuentra este maravilloso castillo, lugar de muchas películas (para si tenían dudas que merece la pena visitarlo). El castillo remonta al periodo medieval y sirvió también de fortaleza imperial y de prisión. Durante el periodo del nazismo, Himmler se enamoró del castillo, lo adquirió y el lugar pasó a ser un cuartel de las SS. Del castillo, se levanta una torre reloj de 58 metros de altura. Si tienen la oportunidad de visitar el castillo durante el invierno o el autumno, prepárense a un paisaje que los dejará sin aliento.



10. Cuevas Kársticas

Dejamos de lado por un momento las bellezas arquitectónicas de República Checa para reconectarnos a las monumentales bellezas de la naturaleza de las cuales el país es también rico. Las cuevas kársticas de Moravia son un conjunto impresionante de cuevas y grutas creadas gracias a la lenta erosión del agua sobre la roca caliza del entorno. Algunas son tan grandes que están cruzadas por ríos subterráneos y si se están preguntando, si, se las puede recorrer en barco. 

No todas están abiertas al público sin embargo a lo largo de la región en muchas de éstas se pueden admirar unas impresionantes arquitecturas hechas por estalagmitas y estalactitas.

Dependiendo de lo que que prefieren para su excursión, puede elegir una o más cuevas por visitar. La cueva de Mladeč, fue habitada por el hombre prehistórico hace más de 35 mil años los cuales dejaron pinturas en estas grutas, utensilios y huellas de su pasaje. 

La cueva de Catalina, es donde se encuentra el famoso bosque de bambúes iluminados, literalmente una foresta de estalagmitas sutiles y muy delgadas que parecen varillas de bambú.

En la cueva de Punkva hay un río subterráneo que se puede recorrer en pequeñas barcas mientras que en la cueva de Bozkov se encuentra el lago subterráneo más grande de República Checa. 

En fin, la cueva de Javoříčská está considerada por muchos como la más linda y se encuentra cerca de Bouzov (el punto imprescindible número 8).


Ya no hace falta decir cuánto merece la pena visitar la República Checa. Además, estos son solo los primeros 10 destinos imprescindibles para un primer viaje al país, nosotros ya tenemos una lista de por lo menos otros 10 destinos que haría falta visitar.

¿Cuál(es) según ustedes no puede faltar en la próxima nota? Déjanoslos saber en los comentarios. Sbohem!

Recursos gráficos: https://pastebin.com/AUJrVbwQ


Escrito por la Tana Laura

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