Siracusa, la ciudad de Arquimedes.
"El Arquimedes que se menciona en la ciudad es el del teorema? pregunta Rafa, un Argentino decidido a recorrer el mundo mientras pinta.
"Asi es, es el mismo, Arquimedes nació en Siracusa" responde Dino, Siciliano, arqueólogo, que se dedica a realizar restauraciones en el bellisimo museo de la ciudad.
Yo me acordaba de Arquimedes, no del teorema, pero escuchaba atentamente, y pensaba en estas tierras, con su isla Ortigia, que alguna vez fueron habitadas por los antiguos griegos.
Llegada a Siracusa
Luego
de comer, me quede en Piazza Archimede, haciendo un poco de tiempo,
hasta que sea la hora acordada para el encuentro con Dino y Helene,
quienes me hospedarían. Sentado en la plaza, comienzo a escuchar a
un hombre hablando por teléfono, parecía que en Italiano, por
momentos en ingles, pero mucha atención no le preste. Lo llamativo
es que cuando se despide, sus palabras me hacen notar que le salio de
adentro el "Argentino". Segundos después, pasa por delante
mio y me hace un gesto de desaprobación y desagrado por mi remera
(de Boca Juniors), claramente era argentino, y muy posiblemente de
Riber (no, no es un error ortográfico, la B es una mancha que no se
borra). Un argentino más pensé, y me dirigí a casa de mis
anfitriones.
Una
vez en casa de Helene y Dino, nos presentamos, conversamos un poco, y
luego como ellos regresaban a trabajar, aproveché para dormir un
rato. Ese rato terminaría siendo una larga siesta.
Al
despertarme, todavía en un estado bastante sonámbulo, comienzo a
escuchar voces, entre ellas, una que intercalaba palabras en ingles,
con portugués, algunas (muy pocas) de italiano. Con la puerta de la
habitación abierta, miro hacia el comedor, y para mi sorpresa, en la
casa estaba el Argentino que había encontrado horas antes! Rafa,
también de visita en la ciudad, había sido invitado a hospedarse en
la misma casa. Paradojicamente, estos dos argentinos que buscamos
esquivar presencia compatriota, terminaríamos alojados bajo el mismo
techo Siciliano.
Esa
noche continuamos presentándonos y contando un poco de nuestras
vidas. Helene, es Francesa. De joven comprobó que lo suyo era el
arte. Con unas amigas llegó de vacaciones a Siracusa, pero a
diferencia de ellas, decidió que había encontrado su lugar en el
mundo. Actualmente se dedica a pintar, y tiene un negocio donde vende
sus obras.
Dino
nació en Palermo. Estudió arqueología, y se mudó a Siracusa, donde
trabaja de restaurador en el museo Arqueológico de la ciudad. Él,
me hace reflexionar sobre la historia de la ciudad, cuando le muestra a
Helene un antiguo objeto griego que encontró mientras caminaba por
un campo. "Acá si excavas un poco seguro algún resto
arqueológico encontrás" nos comenta mientras vemos lo que
parecía ser un colgante.
Pero
la historia que más nos llamaría la atención es la de Rafael.
Nació, y vivió en Buenos Aires, llevando adelante una vida como la
de cualquier persona, estudió, formó una familia y tenía un trabajo
estable. Pero a los cincuenta años, separado de su mujer, y con
todos sus hijos siendo adultos, optó por dejar todo e irse a vivir a
una playa en Brasil. Luego, cinco años después, decidió salir a
recorrer el mundo realizando lo que lo apasiona: Pintar.
Después
de las presentaciones, llego el momento de hablar sobre la ciudad.
Tanto a Rafa como a mi, nos intrigo el nombre de la plaza donde nos
cruzamos. Detalle no menor, ya que la misma se llama así en honor a
Arquimedes de Siracusa, famoso principalmente por su teoria, que explica la flotación de un cuerpo en el agua. Durante toda la tarde, habíamos caminado por
la ciudad con Rafa, por todos lados se sentía que esto en algún
tiempo no era Roma, no era Italia, sino Grecia.
Ni
bien ingrese, el primer monumento que encontrare no era griego, sino
romano, un antiguo circo/anfiteatro. No esta al nivel de los vistos
en Roma o Lecce, pero era la bienvenida para ver la principal
atracción: El anfiteatro Griego. En sus tiempos, era uno de los
principales teatros de la isla.
Me
lleve una decepción al llegar y encontrarme con que la estructura de
piedras se encuentra recubierta de tablones, cubriendo el aspecto
original. Aunque luego de esta primera imagen, logré comprender lo
impresionante de que más de 2000 años después
de su construcción, el anfiteatro sigue funcionando, realizándose
espectáculos
allí.
Pero
si en
el teatro
me encontré
una decepción, debo admitir que el museo me generaría
la sensación contraria. En este momento recordé las palabras de
Dino cuando hacia referencia a la facilidad de encontrar restos
arqueológicos
en la ciudad y sus alrededores. El museo era una muestra clara de
esto, donde seguramente antes de llegar no podríamos
imaginarnos que esta pequeña ciudad, ubicada casi en el punto más
austral de Italia,
cuente con tantos miles de objetos griegos,romanos, y otras
civilizaciones que habitaron la región.
Esta tarde, y el día siguiente, coordine para encontrarme con algunos miembros de couchsurfing. Primero con Alu y Sabastian. Una Italiana y una Argentino que se conocieron en Roma, y ahora trabajan en la heladería del Padre de Alu.
Ultimo día: Cavagrande
Luca, un guía de senderismo, me llevo a conocer Cavagrande, una reserva natural ubicada en el cañón por el cual circula el río Cassabile. Aquí es posible ver una abundante vegetación, algo no tan común en esta isla tan cercana a África, un gran numero lagos, y cuevas habitadas desde el ciclo X a.c.
Una
desinformación hizo que me vea obligado a retrasar una noche mi
salida, pero también que pueda disfrutar más la ciudad, y la
compañía de esta adorable pareja que me hospedo,y de mi compatriota
Rafa.
Las
poco comunicadas carreteras Sicilianas, me llevaron a regresar a
Catania, para desde allí trasladarme a Agrigento. Mientras tanto,
Helene y Dino intentarían conseguir un barco para que Rafa se crucé
a Grecia, y desde allí continuar su viaje a Oriente.
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