Comidas típicas de Moldavia y Rumania.
Esto lleva a que al hablar de comidas típicas de cada país, estas tengan lazos en común e incluso sean compartidas por ambos. Una característica habitual es que los platos suelen ser abundantes, al punto que dependiendo el lugar (y el comensal), o no lo podremos terminar, o como mínimo finalizaremos satisfechos, pero difícilmente nos encontremos con porciones que nos dejen con la sensación de haber sido poco. Si estamos acostumbrados a pedir una entrada (o más) y plato principal, es probable que termine sobrando comida, A su vez, y a veces lo más importante, es que abundante no significa costoso, sino que a la hora de pagar en un restaurante promedio, no nos encontraremos con un gasto mayor a 5 o 10 euros por persona. Esto se debe a que la situación económica de ambos países los convierte en sitios más baratos que los principales destinos europeos (lamentablemente para quienes viven y trabajan allí no es así, ya que sus salarios son más bajos).
Algo común de la mayoría de las comidas que se mencionaran a continuación, es que no solo es posible encontrarlas en restaurantes, sino también en puestos callejeros. Ahora si, algunos platos típicos:
Porción para una persona en Moldavia. |
¿Para compartir?¿Tamaño extra grande porque le caímos simpáticos a la dueña del restaurante? No, en Rumanía solo para uno. |
Ciorbă de Fasole cu Ciolan o afumătură
Este primer plato es consumido principalmente en Rumania. La palabra Ciorbă en Rumano es “Sopa”, por lo tanto las variedades que se pueden encontrar son muchísimas. Pero la que más destaca y merece la pena probar, es la realizada con porotos (frijoles) y panceta o tocino.
Es una sopa bastante pesada y llena de calorías, lo cual en estos países donde el porcentaje de población rural es muy alto, y por ende el trabajo en el campo, brinda un aporte energético necesario.
Suele ser habitual que la carne sea se encuentre cortada en grandes trozos y con los huesos. La variante sofisticada de esta sopa es servirla dentro de un pan ahuecado.
Mici o Mititei
Aunque el nombre pueda parecer extraño, la traducción es “pequeños” o “salchichas”. Estas son unas “pequeñas salchichas” de carne picada de unos 15 centímetros de largo, hechos de carne de vaca, cerdo u oveja.
Se consumen en grandes cantidades en fiestas o festivales, y también son vendidos en puestos de comida al aire libre. Para rumanos y moldavos, cuando el clima permite utilizar las parrillas, los mici son infaltables.
Al ser no más que carne condimentada, el secreto de estos estará justamente en sus condimentos, Por esto es que podemos encontrarnos con algo soso, y sin demasiado sabor, o algo muy sabroso, dependiendo quien lo preparó.
Una segunda condición para comer un buen mici, es buscar que sea realizado en una parrilla con carbón o leña, ya que el ahumado hará la diferencia con comer una simple albóndiga alargada. Finalmente, vale decir que la mejor forma de comerlos es acompañados de mostaza.
Mămăligă
Si el orden de mención de estas comidas fuera por popularidad, la mămăligă debería estar sin dudas en el primer puesto. Esta no es otra cosa más que harina de maíz, la que habitualmente conocemos como polenta.
La misma suele realizarse con una consistencia firme, y a veces es consumida como guarnición, pero se la puede considerar un plato principal, e incluso se la emplea como sustituto del pan.
En general viene acompañada con brânză (queso) de oveja y una crema ácida llamada smântână. En su versión XL puede incluir huevo revuelto y trozos de carne.
Bolas de mămăligă rellenas de brânză. |
Sermale
Otro “rollito” que suele servirse a la par de los Mici. Estos consisten en carne, arroz y cebolla (en algunos casos se puede sumar otra verdura como por ejemplo zanahoria) envueltos en hojas de repollo o parra. En este caso se realizan hervidos, simplemente en agua o en algún caldo para aportar más sabor.
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http://www.fusionmom.com/romanian-sarmale/67987/ |
Difícilmente una persona pueda llenarse comiendo solo uno o dos. Por lo tanto se aprovecha alguna celebración u ocasión importante para realizarlos en grandes cantidades. Debido al pequeño tamaño de cada paquete, hay que dedicarle bastante tiempo para prepararlos.
Aquí debajo la posible explicación por la cual los rumanos hacen y comen sermales en grandes cantidades.
Aquí debajo la posible explicación por la cual los rumanos hacen y comen sermales en grandes cantidades.
Placinta
Un clásico para comer en cualquier momento del día. La placinta puede ser considerado tanto un pan relleno como un pastel (esta última sería su traducción más exacta). La forma clásica en la cual es servido, principalmente en restaurantes, es a modo de pan plano circular o hexagonal. Los tradicionales están rellenos con queso, carne, papas o en su versión dulce, manzanas, pero la variedad es grande. Todas las variantes merecen ser probadas, aunque el de papas tiene que ocupar el primer lugar en la lista.
Las versiones caseras rinden más homenaje al nombre de pastel ya que suelen ser más altos y esponjosos. Pero como el término “pastel” es muy amplio, puede encontrarse plano, alto (cocinado con algún agente leudante) e incluso arrollado o a modo de “wrap”.
El de la izquierda no tiene nada que ver con los anteriores, pero muchas veces es considerado una placinta. |
Kürtőskalács
Su origen se adjudica a Hungría, y es típico de aquel país. Pero el motivo por el cual está incluido en esta lista es que fue creado en la región de Transilvania, la cual hasta la Primer Guerra Mundial fue parte de Hungría, pero luego pasó a manos Rumanas.
Consiste en una masa fina la cual se enrolla a un tubo y se espolvorea con azúcar para posteriormente cocinarla al carbón.
Cada vez más es vendida cocinada en horno a gas o eléctrico, lo cual indudablemente le cambia el sabor. Aún así en las pequeñas ciudades y buscando un poco en las grandes, es posible encontrarlos realizados a las brasas.
Extra
Vino moldavo
Cualquiera de estas comidas merece la pena ser acompañada con un vino hecho en Moldavia. Ya que si bien es un país poco conocido a la hora de hablar de productores de vino, no tiene nada que envidiarle tanto en calidad como en tradición vitivinícola a cualquier país que se nos pueda venir a la mente cuando pensamos en vino.
No se puede eludir mencionar que en Moldavia se encuentra la bodega más grande del mundo, y otras que no se quedan muy atrás en dimensiones. (leer más aquí)
¿Dónde comer?
En realidad este espacio es solo para mencionar un lugar: Andy’s pizza.
Esta es una cadena que se encuentra en las principales ciudades de Moldavia, en Tiraspol (Transnistria) y en Bucarest e Iasi (Rumania). En algunos casos, sobretodo en Rumania, se llama La Plăcinte.
No es un restaurante con una ambientación que genere la sensación de estar comiendo en un sitio de platos “tradicionales”, y el nombre “pizza” puede confundir a más de uno. En realidad se trata de un lugar que ofrece una amplia variedad de comidas (más que nada pizza), pero que incluye muchos platos locales.
La ventaja de Andy’s (o La Plăcinte) es que tiene una calidad más que aceptable, y sus precios son económicos a comparación de otros de similar calidad.
A su vez, en algunas ciudades como Tiraspol y Chisinau, donde la oferta gastronómica no es demasiado amplia, por los precios y variedad, cada vez que tengamos hambre y una sucursal cerca (que están a la vuelta de cada esquina), terminaremos convenciéndonos de volver a entrar, una y otra vez.
Algunos platos de Andy's Pizza:
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