Palermo: Il mercato della Vucciria
Finalizo
mi recorrido por Sicilia
en su capital,
Palermo.
Una
ciudad que rompió
la tranquilidad de mi viaje,
no para mal, seguramente lo contrario. Pero
Palermo,
a diferencia del resto de las ciudades que vengo visitando, es caos,
automóviles
ruidosos, bocinas, es volver a acostumbrarse a un semáforo,
a mirar al cruzar, a los conductores que no frenan.
Tendría
que pensar mas tranquilamente si Palermo representa a todo el sur
de Italia, pero si puedo afirmar, es la versión amplificada de Sicilia. Es esa
ciudad caótica, de aspecto descuidado, donde sus calles mezclan
culturas, tanto en sus edificios con estilos árabes, europeos,
normandos,etc. como en sus habitantes de variadas nacionalidades.
Un
claro ejemplo, para sintetizar esta ciudad, es su céntrico
mercado
de
la “Vucciria”.
Es
difícil
encontrarle un significado a esta palabra, dentro del idioma
Italiano. Oí
que los sicilianos utilizan este termino como sinónimo
de “confusión”.
O quiza,
producto de la multiplicidad cultural que podamos rastrear su
significado, en el francés,
boucherie,
carnicería.
Ambos
orígenes
del nombre podrían
ser validos,
ya
que la
Vucciria
es el histórico
“gran mercado” de la ciudad, donde continuamente se confunden las
voces de los vendedores gritando,
ya sea para atraer un cliente, o simplemente porque en el sur, a la
gente parece gustarle gritar en los mercados.
Si
visitamos
esta zona un domingo a la tarde, podríamos
observar un par de calles peatonales, con dos plazas, ambas rodeadas
de edificios destruidos, muchos
a
causa de
un terremoto en 2002.
Posiblemente
este aspecto descuidado genere la sensación de anarquía
y
peligro, más
en
aquellos que puedan llegar con malas referencias de la ciudad.
De
lunes a viernes, durante el día la
Vucciria
funciona
como
mercado,
lleno de puestos donde se puede comprar carnes y verduras, ropa,
recuerdos, productos típicos,
etc.
Por
la noche las calles se transforman,
generan
un gran ambiente under a cielo abierto donde la juventud se acerca a
beber, comer y escuchar un poco de música.
El
desorden y la confusión continua, sus
calles se apelotonan
de gente, emergen
bares que durante el día parecen no existir o pasar desapercibidos a
nuestra vista.
En la plaza, es posible encontrar varios puestos
de comida callejera (muchos
pertenecientes a los negocios) donde
podemos
comer tanto un plato de fideos, como un sandwich de carne, un plato
de pulpo, calamares, o gran variedad de comidas, todos exhibidos y
preparados en el momento.
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